Llego el... Como con la fuerza de mil huracanes. Llego a pesar de lo mucho que me resistí. Por que si, me resistí a el y a todo lo que significaba... A crecer, a madurar, a ocuparme (y a preocuparme también), por cosas a las que antes no debía dar importancia. Llego para darme un golpe duro con esa pared impenetrable a la que solemos llamar "realidad", y no pude hacer nada para evitarlo. Los días en el calendario avanzaban sin inmutarse de mi pasivo temor. La pregunta a la que todo ser humano llega, alcanzada cierta edad "Y ahora, ¿que voy a hacer de mi vida?" "Voy a estudiar","Yo voy a trabajar", "Yo me voy a dedicar a viajar", son algunas de las respuestas. Aunque quiero decirles un secreto... Pueden encontrarse con la persona mas segura del mundo y aun así, va a ser el momento de mas incertidumbre en toda su vida. Se va a preguntar mil veces si la decisión que tomo esta bien, pero nunca va a estar seguro. Por lo menos, no por el momento. Aunque después todo se acomode lentamente, el 2016 representa esto para mi. Y aunque quise con todas mis fuerzas parar indefinidamente el tiempo, para detenerme a pensar y estar lista para el, no pude. No lo estaba... Pero quizás los cambios mas importantes de nuestras vidas llegan cuando no estamos listos, cuando estamos tan aferrados a las cosas que nos negamos a ver, a observar un poco mas allá. Son en esos cambios, donde la vida nos golpea un poco para recordarnos donde estamos y como vivimos, para mostrarnos que no hay una manera de vivir... Si no que hay miles.
Estamos condicionados por muchos factores a nuestro alrededor. Nuestra nacionalidad, nuestros estudios, nuestro nombre, nuestro color de ojos, de pelo, de piel. Nuestro idioma, nuestras costumbres, nuestros modales, nuestra ropa... Sin embargo, me he dado cuenta que todas estas cosas no nos definen, que cualquier persona puede ser lo que quiera y que puede lograr cualquier cosa si se lo propone. Todas estas cosas, son HERRAMIENTAS, y si, pueden ayudarnos, pero lo que define nuestro camino son nuestras decisiones.
Todos los días me suelo sentir muy afortunada por lo que tengo, miro a mi alrededor y me sorprendo. SOY FELIZ. Una persona real y auténticamente feliz, al menos, la mayoría del tiempo.
Aunque me asuste el futuro, aunque lo vea tan incierto como la propia oscuridad, se que debo afrontarlo. Pero no de la manera convencional, de esa manera que a mi nunca me dio resultado, y en la que suelo golpearme contra la pared... No, voy a hacerle frente de una forma diferente. Voy a mirar a la realidad y a reírme de ella muy fuerte, voy a vestirla de colores y a hacerla bailar al ritmo de la música mas alegre que encuentre. Voy a detenerme a respirar hondo con fuerza y a llenar mis pulmones de este aire nuevo que llega con la tinta de mi lapicera, que escribe en la primera hoja de mi nuevo cuaderno: "2016". La hoja esta blanca y lisa, esperando que en ella se cuenten historias maravillosas de metas alcanzadas y horribles fracasos, por que si, la vida también esta hecha de grandes y horribles fracasos, esos que nos dejan en el suelo llorando en la esquina de algún cuarto donde nadie nos ve, pero también son los que dejan una nueva capa de piel, para hacernos mas fuertes y que duela menos el golpe la próxima vez.
Tuve miedo, pero ya no lo tengo. Por que se que todo lo que pase en mi vida depende de mi, y aunque eso me intimide mas que nunca, también me impulsa, a querer trabajar por mis sueños y mis metas, a querer que las cosas me cuesten y que nos sean fáciles, por que de esta forma, cualquiera las haría, ¿no?
Quería compartir les esta, la primera hoja de mi cuaderno, en la que quizás nadie o tal vez alguno se sienta identificado, no lo se. Pero creo que al dejarla acá, en KATHARSIS, como decidí que finalmente se llamara mi blog, lo hace oficial, y me hace un poquito menos triste y mucho mas valiente. Ahora si, estoy dispuesta a enfrentarlo todo y a dejar todo de mi en esta nueva aventura. Ahora los dejo queridos... Me espera un café caliente sobre la mesa.
Hasta la próxima.
Chiara.
